EL AMOR no es Ă©tico: ¿quĂ© Ă©tica ni quĂ© carneros si consiste en elegir a una persona entre la multitud y tratarla con todo el algodĂłn con que jamás tratarás al resto? Precisamente por eso funciona, como alimento de nuestra vanidad, porque tanto tĂş como el otro os ofrecĂ©is vuestro mejor yo, os superáis cuando estáis juntos, sois como dos gatos que al frotarse empezaran a verse tigres. Por eso el desamor es tan duro, porque una vez que los dos amantes se han acostumbrado a verse a tamaño tigre, regresar a tamaño gato es inaceptable. ¡Oh, yo no quiero volver a ser una persona corriente, yo quiero permanecer siempre Ăşnica entre las Ăşnicas como tĂş me juraste todas aquellas noches!